Mitos y Leyendas urbanas.
A lo mejor sucedió realmente, o puede llegar a ocurrir, pero nadie parece haber sido testigo directo de la historia. El mito urbano sucede en una dimensión paralela, un plano idéntico al nuestro pero en el que se hace verosímil lo improbable. A veces, el mito urbano es un deseo colectivo, una esperanza, otras veces un temor... una premonición. Otras veces, una explicación improvisada o una lección moralizante que se deja leer entre líneas.
Algunas Mitos urbanos.
La Iglesia de Santa Felicitas
Esta quizás sea una de las leyendas más famosas de Buenos Aires. La del fantasma de Felicitas Guerrero de Alzaga. Una mujer que a los 15 años se había casado un hombre mayor, con el que tuvieron dos hijos.Los hijos fallecieron siendo niños y para los 26 años ella ya era viuda. Sin embargo seguía siendo hermosa y ahora millonaria. Cuenta la leyenda que su amor era disputado por dos jóvenes importantes de la época, Enrique Ocampo y el estanciero Sáenz Valiente. Pero Felicitas eligió por el segundo. Ocampo, enojado y con mucha rabia le pidió verla antes de la boda.
Ellos discutieron y el hombre la mató de dos disparos el 30 de enero de 1872. Nunca se supo que sucedió luego con el asesino. A pesar de ello, la familia de la joven difunta ordenó construirle un homenaje. La Iglesia de Santa Felicitas en la parte trasera de la casa. Actualmente hoy se encuentra la plaza Colombia.
Cuenta la leyenda que puede verse a Felicitas paseando por la iglesia, mientras llora, todos los 30 de enero. Al momento de la primera restauración de la iglesia, el arquitecto hizo un descubrimiento. Todos los ángeles del frente de la iglesia, tenían el ala derecha caída (mientras que a Felicitas le habían disparado sobre el mismo hombro). También el campanario suele sonar solo.
Rufina
Cambaceres Bacichi fue hija del escritor porteño Eugenio Cambaceres y la bailarina italiana Luisa Bacichi su padree murió en 1888 y Luisa quedó viuda. Luisa después estuvo en pareja con otros hombres, entre ellos el futuro presidente Hipólito Yrigoyen. El día de su cumpleaños 19, una amiga le confesó a Rufina que Luisa era también amante de su propio novio. Estremecida, Rufina se fue a vestir, y no salía de la habitación cuando la apuraban, y al abrir la puerta, Luisa le encontró tirada, sin pulso ni respiración. Esa noche, fue sepultada en el cementerio de la Recoleta, ya dada por muerta. Lo extraño fue que más adelante la encontraron fuera del ataúd, por lo que muchos sugieren que sufrió un ataque de catalepsia, y un infarto al despertarse en un mausoleo en medio de la noche.
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